Con el corazĂłn roto y borracho, Yoshida, un asalariado de 26 años, tropezĂł con un estudiante de preparatoria que habĂa abandonado su hogar cuando regresaba del bar.
âEh, tĂș. JK. ÂżQuĂ© diablos estĂĄs haciendo aquĂ? Vete a casa ya â.
âViejo, dĂ©jame quedarme en tu casa por esta noche. Puedes hacerme âesoâ si me dejas quedarmeâ.
âSi lo dijiste en broma, no es graciosoâ.
âNo estoy bromeando. EstĂĄ bien por mĂ.â
âEntonces permĂteme decirte que no tengo ningĂșn interĂ©s en las mocosasâ.
âÂżHmm? Entonces, solo dĂ©jame quedarmeâ.